Un actor que siempre ha querido tener un grupo musical y un músico que siempre ha querido hacer teatro. Una mezcla de canciones, comedia e improvisación en un espectáculo-concierto lleno de trifulcas, disputas, reflexiones… ¡Vamos, el pan de cada día! El primer concierto dramático de la historia (con muchas risas y pocos llantos).